“Morir de pie” o cuando pensamos que lo nuestro es lo que le interesa a todo el mundo.

“Morir de pie” (I’m dying up here) puede ser el ejemplo perfecto de que actualmente cada uno vive en su submundo. Y es que mientras la serie sí ha sido bastante vista y comentada entre todo friki del stand-up y la comedia que se precie, la serie fue considerada un fracaso de audiencia en USA, renovando casi a modo de experimento por una segunda temporada que tampoco cuajó dentro de la programación de Showtime, canal perteneciente a la todopoderosa CBS y que cuenta con un buen número de series como Shameless o Homeland, con ya 8 años a sus espaldas. De hecho, “Morir de pie” ha sido uno de los intentos frustrados del canal de conseguir un relevo de éxito de los formatos más veteranos, siendo este el motivo principal por el que se generó una segunda temporada.

La misma fue lanzada por el propio Jim Carrey en producción y colaborando en guión y narra la historia, bastante coral (no me atrevería a decir quién puede ser el auténtico protagonista de la historia) de un local de comedia (el “Goldie’s”) de Los Ángeles en el cual se curten la práctica mayoría de cómicos que están a punto de dar su salto a los grandes shows de los años 70 (las referencias al “Tonight Show” de Johnny Carson son un elemento clave en las tramas), pero que paradójicamente vive, o más bien sobreviven, en unas condiciones personales y profesionales que dejan bastante que desear: Actuaciones en el sótano sin remuneración, dormir en pisos compartidos e incluso en armarios vestidores, trabajos basura para salir adelante, etc.

A partir de ahí se crean una serie de tramas (de paso, aclaramos que la serie no es para nada una comedia como tal, de hecho, el suicidio de un cómico es casi el punto de partida) basadas en los problemas personales de los aspirantes a cómicos mainstream: Sus familias, normalmente en contra de la carrera elegida; relaciones de pareja; problemas con las drogas de la época y, sobre todo, el manejo de la ansiedad por el éxito y el reconocimiento combinada con la ya nombrada necesidad de salir adelante frente a una jefa (Goldie) bastante curtida y requemada que tira regularmente de frases lapidarias (había una serie española con Concha Velasco haciendo un papel muy similar, y no es coña).

La serie a mi personalmente me ha entrado rápido (en una semana he visto los 10 capítulos) y entretenida, pero tal y como he comentado al principio del post, es muy probable que, pese a que Estados Unidos es un país con una implantación infinítamente mayor del stand-up en la sociedad, las historias de cómicos de local no sean atractivas y tal vez en ocasiones ni se entiendan entre el gran público. Supongo que si ha habido series de médicos, periodistas, soldados, jueces, etc. había que probar suerte. Además, creo que esa dualidad “persona que hace reír en público vs dramas personales internos” comienza a estar bastante trillada. Y menos mal que la peli del Joker ha llegado más tarde. Por otro lado, es muy posible que el hecho de que yo vea pocas series sirve para que no me aburra tanto, pero tengo la sensación, desde la lejanía, que la cantidad de formatos producidos tanto para plataformas como para canales comerciales-generalistas va a hacer muy complicado el conseguir formatos rompedores o que generen interés.

“Morir de pie” cuenta con un reparto enorme, no descartéis que incluso excesivo para la gente que quiera ver la serie sin complicarse, o para profundizar en la personalidad de los mismos sin grandes estrellas, pero con mucho bagaje a sus espaldas en grandes series (por poner un nombre, destacar el paso de Ari Graynor por “Los Soprano” o Clark Duke en la versión USA de “The Office”) y está a fecha de hoy disponible en las plataformas de Movistar+, pero, eso sí, no cuenta con ediciones en DVD, descarga o similares, al menos de forma legal.

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