Rufus Hound es un cómico británico nacido en 1979 que incluso os puede sonar por sus intervenciones en series como el remake de Doctor Who, así como diferentes programas de radio y televisión en UK o incluso un especial de stand-up en DVD (sí, todavía en DVD) bajo el título de “Being Rude” (Ver aquí).
Bajo el título de “Stand Up. Put Downs” se ofrece una guía rápida con diferentes formas o ejemplos de chiste más conocidos para fulminar a los heckerls. ¿Qué es un heckler? Pues básicamente es la persona del público que empieza a interrumpir un show de comedia, ya sea con voces o con cualquier otro tipo de actitud o expresión. El propio manual habla de los diferentes tipos de hecklers que podemos encontrar en un espectáculo, sus motivaciones e incluso una serie de herramientas prácticas para trabajar con ellos más allá de los propios chistes.
Aparte de citar unos cuantos chistes, creo bastante interesante comentar antes ciertas pautas que he encontrado importantes. Y es que muchas veces sabemos de los “put downs” (chistes rápidos sobre el propio heckler para “enterrarlo”) y queremos ponerlos en práctica cuando en ocasiones no es necesario o incluso nos dan un resultado peor que mantener el propio terrorista de comedia.
¿Qué cosas debo tener en cuenta con el heckler?
1- ¿Es necesario ir a por él o incluso parar la dinámica del show? Hay que saber diferenciar entre gente que hablar porque se acaba de incorporar al show (muy habitual al principio de bolos en restaurantes o bares) de la persona que interrumpe constantemente con sus comentarios o gestos. Es más, recomendamos no buscar una interactuación con el heckler si no se convierte realmente en un condicionante o desviación de la atención seria. A veces, simplemente con no darle conversación cuando comentan algo en voz alta, ya es suficiente. Como se dice por ahí: Don’t feed the troll (nunca alimentes al troll).
2- Localizar y diferenciar el tipo de heckler. Hay hecklers incluso bien intencionados (aunque errados en la ejecución). Que incluso creen que interactuando forman parte y mejoran el show y no entienden que esa interactuación fuera del momento en el que la necesite el cómico es más un estorbo que una ayuda. Otra cosa es cuando ya hablamos de borrachos o gente que se ha indignado mucho porque se ha tomado en serio algún chiste o parte del set y se convierte en un incordio constante.
3- No darle nunca el micrófono ni el dominio del show. Las intervenciones tienen que ser cortas y, salvo excepciones muy puntuales, cualquier tipo de conversación larga con un heckler no nos va ayudar nada. Darle el micro puede ser una forma fantástica… De que acabe el espectáculo antes de hora.
4- Piensa que en el fondo nunca sabemos cuándo va a parar. Lo dicho, podemos ver vídeos de “put downs” míticos o los que creemos a partir de leer el libro, pero no hay que engañarse a nosotros mismos: Muchas veces puede pasar que ese chiste, por mucho punch que tenga, igual lo que provoca es una respuesta más grave por parte del heckler.
5- Hay que responder rápido. Piensa que el texto lo llevamos ensayado chiste por chiste (bueno, deberíamos) y que el responder a un heckler responde de algunos aspectos aleatorios o individuales que debemos crear en apenas un par de segundos. Un recurso muy utilizado es hacer un par de preguntas a la persona (como por ejemplo su nombre) para hacer un vistazo rápido a características del propio individuo o incluso a nuestra propia galería de chistes preparados para estos casos.
¿Puedo tener mi propio batería de chistes anti-hecklers preparada? Pues personalmente más que poder, deberíamos. Insisto, eso sí, en que tampoco debería ser un recurso del que debamos tirar así como así y porque nos vengamos arriba, más que nada porque hay un riesgo grande de, en caso de precipitarnos, que nos salga el tiro por la culata. Normalmente creo que el punto en el que tiene que recibir un heckler es cuando el público se empieza a cansar del mismo. Básicamente porque de esta manera, a poco que nuestro put-down sea ingenioso, claro o directo, van a estar de nuestro lado. En caso contrario, podemos tener las de perder.
Algunos put-downs famosos recogidos en el libro:
- “Está muy bien que hayas donado tu cerebro a la ciencia, pero deberías haber esperado a morir primero”. Arthur Smith
- “Puede alguien ponerle algo en la boca antes que yo. Es que para lo que yo quiero, primero tendría que cagar”. Rufus Hound
- “Ay, recuerdo cuando tomé mi primera cerveza”. Steve Martin sobre un heckler borracho.
- “Bollera (heckler)”. “Sí. Soy lesbiana. El próximo cómico es negro, se lo vas a recordar también?”. Rhona Cameron
- “Lo siento. No te entiendo. No hablo idioma orco”. Brendan Dodds.
E incluso algunas respuestas más trabajadas sobre el propio heckler
¿A qué te dedicas?
Soy carpintero
Ostia, pues justo estaba ahora pensando “ojalá tuviera un martillo”.
Howie Mandel
El libro: Stand-Up Put-Downs