10 cosas sobre mi segundo año de cómico que espero te sirvan.

Hace ya un año y algo escribí ESTE POST sobre 10 cosas que igual te esperas antes de arrancar en el mundillo de la comedia y que luego cambian bastante cuando tocas la realidad.  Han pasado bastantes meses y, entre presentaciones, eventos, opens y bolos en su formato más convencional unas 100 actuaciones más por lo que es momento de recapitular cosas y compartir dentro de la parte que me toca (y limitaciones) esa experiencia.

  1. Formación multilateral. En este último año, aparte de escritura, he hecho formaciones tanto de MC (presentador), guión de sketches e Impro. La primera me ha servido para darle unos mínimos a eventos como open mics o para montar presentaciones adaptadas y no dedicarme a dar las buenas noches y tirar un bloque cuando he teloneado a algún cómico de más prestigio (Miguel Iríbar o Luis Álvaro, por ejemplo). La segunda me ha servido (después de, dicho sea de paso, llevar de cabeza a los profesores porque montaba los sketches como secuencia de chistes) a darle una estructura bastante más sólida a los bloques de desarrollo. La impro llevo apenas unas clases con ella (encima tengo que faltar bastante más de la cuenta para compatibilizarlo todo) y te enseña ya no sólo a trabajar en equipo, sino también a aprovechar cada detalle de lo que sucede en la sala. Lo dicho, 0 supuestas lecciones de standup, pero todo útil para dar un punto más en las actuaciones.
  2. Procura tener un repertorio flexible. El Open Mic de Malasaña te va a pedir una historia estructurada como tal y a un estilo mucho más americano, el restaurante de pueblo te va a pedir que roces los chistes populares, el evento de empresa-cumpleaños-cena te va a pedir que ataques detalles específicos del mismo o de sus protagonistas y las fiestas de la asociación de vecinos piden carreras de sacos. Si te pasa como a mi, que para poder tener un ritmo de actuaciones mínimamente decente (sin llegar a ser profesional) te tienes que bajar a cualquier tipo de barrizal que se presente, no basta con tener tu set de hora preparada. Tendremos que ser capaces de buscar en cada tipo de público lo que quiere y cómo lo quiere. Y buscar la intuición que también, volviendo al punto 1, te da conocer otros formatos de comedia como la impro.
  3. La importancia de grabarte las actuaciones. Creo que si hay un elemento que responde perfecto al “esto es un coñazo, pero hay que hacerlo” es el coger las grabaciones (audio es suficiente) del día (o cuando puedas) anterior y ponerte a revisar tu propia actuación. La de ese texto que has contado varias veces. La de los chistes que a ti te encantan pero ya han pinchado por cuarta vez consecutiva y van camino del cementerio de los chistes. La de las partes en las que el público quiere más de eso y no se te ocurre nada. Todo eso. Sin embargo, el coger el texto (o lo que tengas) repasarlo y puntearlo incluso con boli, revisando todo lo que hay que revisar es, sin duda, una de las claves de que la hora vaya hacia arriba.
  4. Y reescribir a partir de ahí. Básicamente trabajo con 4 tipos de estructuras: Bloques de desarrollo (historias), bloques de chistes (incluso one-liners), diapositivas (a mi me van muy bien para mantener el mejor nivel posible en actuaciones largas) e incluso algún elemento musical como canción cómica. ¿Motivo? Porque soy malo y no lo digo por falsa humildad. Necesito cosas diferentes para mantener la energía durante una hora y algo y necesito aprovechar hasta el último chiste que se me ocurra que sea aprovechable. No me puedo permitir otra cosa. Por lo tanto siempre hay un trabajo de apuntar cualquier otra cosa que se te ocurra sobre el tema (sin perder el hilo de la historia y su desarrollo), ver qué cosas me sirven que me encuentro por la calle para tirarles una foto o que chistes sueltos (tipo tweet) me vienen a la cabeza. Todo ello a un contenedor de los que voy sacando cosas que puedan encajar bien y sustituyan a las más flojas o las más trilladas de la última actuación.
  5. Es muy difícil ser único, aunque lo seas. Lo de la voz cómica propia es algo que algunos expertos dicen que puede tardar hasta más de 10 años en llegar… o no llegar. Y cuando crees que tienes una idea original entre manos, empiezas a buscar (Google, amigos, etc.) y acaban apareciendo conceptos casi idénticos y seguramente mejor explotados. A un servidor se le ocurrió hacer un show antinostalgia como réplica a los de “EGB” y resulta que Jordi Merca lo llevaba haciendo años. Luego uno de la crisis de la mediana edad y ya ni te cuento… Y así con todo. Salvo que seas una persona con unas características muy peculiares, puedes estar abocado a ser más de lo mismo. Al menos intentaremos ser lo mejor posible dentro de esa mediocridad (no leerlo como algo negativo).
  6. Los bajones están ahí. Pueden haber semanas o meses bastante buenos (a nosotros nos ocurre más en invierno que no en verano, cosa que sí ocurre en cómicos de la península cuando tienen actuaciones de caché en bares, restaurantes y fiestas varias) y posteriormente, incluso en épocas que no tendría por qué ir así, de repente tener los bares y locales vacíos, gustar menos con lo que siempre había funcionado, etc. Es muy difícil que haya un éxito (independientemente de lo que te bases para el mismo) regular, supongo que salvo en gente muy establecida y que llegan a las salas con el público directamente “vendido”. Ahora la teoría sería decir que hay que entenderlo, tener paciencia, etc. pero es verdad que cuando te pasen un par de bolos seguidos así, vienen las dudas.
  7. No pares de escribir. Lo que tienes guardado de hace un año de repente sirve. En mi primer año tenía un bloque (bueno, una sucesión de chistes) respecto a lo que denomino “pubs de colgados del barrio”, esos pubs o incluso bares convencionales que acaban siendo un poco el lugar de reunión de los “all stars” en materia de borrachuzos y gente de vida desordenada de la zona. Era un bloque que pasaba sin pena ni gloria con varios chistes que tal vez podían ser más aprovechables que otros. Casi dos años después empiezo a desarrollar como bloques anécdotas reales que me han sucedido y una trata de un bar al que íbamos de chavales y que acabó degenerando en un punto de venta de drogas con cierre y redada incluida. Vino a partir de una conversación de grupo de whatsapp con amigos del colegio (los que íbamos a ese bar) y, de repente, entre la progresión “dramática” de la historia (punto 1, aplicar lo aprendido en desarrollo de sketches) con bits nuevos y los chistes más aplicables de ese bloque enterrado me dieron de regalo 7-8 minutos de una semana para que desde verano está teniendo un éxito, no diré que arrollador, pero sí mucho más respetable que ese bloque primigenio.
  8. Pero sé ordenado. Pero eso sí, hay un trabajo de carpetas de word, notas, power points, etc. importante y no siempre somos ordenados. De hecho, hace apenas unos días me di cuenta que había descuidado este trabajo cuando, al volver a tener una actuación de una hora, me dio por buscar todos los chistes publicados en Redes Sociales (que para mi es como un previo a los Open Mics que, eso sí, nunca me tomo a rajatabla porque tengan más o menos likes) y me ha salido una cantidad de líneas que tienen que ser probadas ya en micros abiertos o bolos. Si cada día escribimos 4-5 chistes (cuando hay guionistas que para televisión escriben varias decenas) y no tenemos orden con ello, en un mes estamos tirando o desaprovechando más de 100 chistes. Como he dicho antes, yo no me lo puedo permitir.
  9. Prepara el evento de forma global (presentaciones, despedidas, transiciones). Otro de los fallos que solemos hacer los cómicos novatos en shows en vivo, tanto en bolos individuales como en grupales es no tener preparada a conciencia (al menos, igual que podemos preparar un bloque), una presentación de show o de cómico, una transición o una despedida. Seguramente esto viene porque muchos de nosotros (me incluyo) en el fondo hemos visto mucha más comedia por TV, con un producto editado, cortado y preparado a tal efecto que en vivo. Y, en consecuencia, montamos el bolo en vivo partiendo con las normas y estructuras erróneas. Por ejemplo, casi cualquier programa de comedia en televisión cuenta con calentamientos de público que son auténticos shows dentro del show siguiente que es la grabación. Gente como Jaime Caravaca (La Resistencia), Susi Caramelo (Ilustres Ignorantes) o incluso hace unos años Berto (Buenafuente en La Sexta) ha destacado en esta faceta, que si es totalmente necesaria en televisión, con regidores y un público que normalmente ya va a ir entregado de serie, imaginad en uno en vivo donde a veces tenemos la gente a la defensiva. Explicar de forma cómica las normas de la sala, del show, temas de actualidad y acabar cerrando el espectáculo con despedida comentando otras actividades de la sala, redes sociales, etc. será lo más habitual.
  10. No hagas cuentas de que vayas a dar un salto espectacular porque pase el tiempo. El pelotazo está muy bien o lo mismo vienes con un personaje cómico fantástico u, oye, eres un superdotado para la comedia y tu progresión es meteórica. Pero la verdad que ahora mismo ya empieza a haber mucho cómico con unos mínimos en cuanto a nivel y profesionalidad y no te van a caer los bolos de caché y las colaboraciones así como así. De hecho, programas especializados como “Phi Beta Lambda” han hablado a veces de la necesidad imperiosa de ser capaces de sobrevivir algunos años de la comedia sin tener necesidad económica de la misma. Eso quiere decir que tienes que estar preparado para picar piedra bastantes años y tener en cuenta que es muchíiiiiisima más la gente que no llega que la que llega y que, hoy día, a pie de guerra, tener actuaciones con 30 (si treinta, no se me ha ido un cero) personas que paguen 5-6 euros de entrada por ir a verte a ti cuando por 3 euros más tienen la cuota base mensual de Netflix ya lo puedes considerar un éxito.

Bueno, suficiente turra por hoy, no? 🙂

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