Y ojo, que pienso que el trap es una porquería. Esa especie de rap desganao que incluso ha superado en cutrerío al reggaetón (bueno, los pollaviejas ya ni lo distinguimos a veces), que suena como si le pasaras el autotune a un mandril en plena masturbación.
Pero hay una cosa que me ronda la cabeza. Allá por los 90 yo era uno de los heavies de la clase del instituto. Uno de eso 3-4 tíos que había rigurosamente en clase con camisetas de logos de calaveras (muchas veces era la misma porque no teníamos otra), un intento no siempre con éxito de dejarse greñas (uno ahora está medio calvo, pero de adolescente os juro que era un pelopolla de manual) y pasando las tardes escuchando una y otra vez los mismos cassettes, normalmente grabaciones de lo poco que ponían por radio o algún regalo de cumpleaños o navidad que se repetía en bucle hasta que alguno de mis hermanos decía “basta”.
Aquí viene lo aterrador. Hace un cuarto de siglo yo escuchaba una música que te convertía en apestado incluso para el claustro. Servidor tiene dos confesiones reales de profesores diciendo que me ponían mala nota porque me veían con malas pintas.
¿Y qué pasa ahora? Pues que de un tiempo a esta parte me he dado cuenta de una cosa. Todo empezó en un concierto de Guns’n Roses (no tengo claro ya dónde va a la apóstrofe) cuando en su versión de Axl Rose + combo de mercenarios pasó por Palma hace ya casi una década. Tranquilamente 10.000 personas. 10.000. Haciendo cuentas de la vieja, en el momento álgido de Guns hubieran tenido 400-500 de público en la isla y gracias. ¿Qué ha pasado?
Ha pasado el tiempo, básicamente, y ahora el rock es lo guay. Es hasta lo culto, lo virtuoso a nivel de ejecución musical, vocal, etc. Memes de cantantes o guitarristas poniendo que eso sí era música y no lo de Maluma (aunque creo que nunca me he parado a escuchar una canción de Maluma, por ejemplo) o incluso vídeos de traperos supuestamente cantando a capela o sin autotune para echar unas risas.
Pero los heavies somos los traperos de nuestra generación. Hay que joderse. Que igual en lugar de tatuajes en la cara teníamos greñas, porque era más barato y, honestamente, ni se nos había ocurrido o en lugar de llevar pendientes en la nariz, los llevábamos en la oreja (como si fuera super diferente). Tal vez no vamos con chándal tobillero, pero en nuestra época teníamos unos de tactel que en la actualidad sólo los puedes llevar si eres yonki o dictador centroamericano.
El swag ha relevado al headbanging (lo de mover la cabeza en círculos para menear el pelo), los dos dedos haciendo el gesto de la victoria a los cuernos o el decir “bitch” a… Decir bitch. Mira. Eso no ha cambiado.
Ha cambiado la imagen, el estilo musical (tal vez porque lo popular de cada vez es más simple) y algunas cosas más. Pero yo tengo una edad y he escuchado cuando era chaval a señores diciendo “madre, mía, vaya futuro nos espera con vosotros”. Que un poco de razón si han tenido, cuidado.
Ahora el que lo dice soy yo. Y en el fondo y mal nos pese, la idea y el espíritu de rebeldía es el mismo, el de ir contracorriente tal vez por el único motivo de ir contracorriente. Sí. Los heavies éramos los traperos analógicos. O los traperos son los heavies digitales.
Así que me imagino que por allá por el 2040 nos encontraremos a los pollavieja de turno en cenas de antiguos alumnos, en las redes sociales que pueda haber en el momento (sí, cuando el TikTok sea para carrozas) o hablando a pie de calle y diciendo:
- Ya no se hace música como la de Bad Bunny.
- La Zowi Puta tenía un mensaje detrás, no como ahora.
- Karol G está haciendo una gira de reunión. Vamos a ir todos.
- Lo del Jincho y “los porros no” sí que eran letras con mensajes.
Sí amigos. En unos años acabaremos viendo como los traperos evolucionan (también creo que porque con la edad, la hormona es menos rebelde) y veremos conciertos sinfónicos de C Tangana, a Kidd Keo yendo a abrazar a un niño que se presenta a La Voz Kids y queda eliminado porque no se ha girado nadie o a Yung Beef dando ponencias sobre composición en MasterClass o una universidad.
Y sobre todo, una cosa que a mi me aterra… Cómo será lo que viene cuando digan que el Trap era música y no la mierda de ahora.
He encontrado esta entrada así, como por casualidad, pero me ha llamado la atención. Creo que estás muy equivocado en esa (simplista?) ¿transferencia (generacional?) que haces. Todo y que tiene su cierto sentido, especialmente por la carga de nuestra propia generación vs la de nuestros padres (GenX vs BabyBoomers a grandes rasgos) pero hay unas (nótese el entrecomillado) “sutiles diferencias”.
Los movimientos y manifestaciones musicales en los 60, 70, 80 y 90 (largos) iban ligados a análogos culturales e ideologías sociales – y en muchos de ellos se arrastraban movimientos literarios y estéticos. Las múltiples tribus urbanas eran muestra de ello. ¿Dónde están ahora? Murieron todas por fata de relevo generacional (por así decirlo). Rockers, Punks, Heavies, Mods, NewWavers, Electros, Blah, Bleh, Blih, Bloh y no nos olvidemos de los Bluh. Todas y cada una de las… tribus? ¿Corrientes musicales? ¿Estilos estéticos? ¿Filosofías sociales? Era distinguible y tenía una base subyacente, normalmente muy rica.
Hubo muchos músicos en la escena Heavy, (u otras, pero tú hablas de Heavy) fueron gente de origen humilde, algunos con un bajo nivel cultural, pero siempre ligados a muchísimos otros miembros con inquietudes culturales e intelectuales. Así era. Las letras de las canciones lo demuestran, sin ir más lejos. ¿Musicalmente? Muchos autodidactas; autodidacta implica aprender por uno. mismo -¿verdad?- pero aprender.. aprender a tocar un instrumento. Y mucho músico de conservatorio. Bad Bunny debe tocar lo que puede mientras la tonta de turno se deje, pero de instrumentalista de verdad tendrá lo que yo de fan suyo. Los grandes multiinstrumentistas de las últimas décadas están ahí, muriendo poco a poco -ley de vida. Psst! Y sin relevo generacional más que mínimo si hablamos a nivel “masas”. Los traperos (no pun intended) raperos o mediocridades similares son solo capaces de ejecutar más mal que bien una coreografía y sustituir una banda de músicos por cuatro pelagatos con la gorra torcida qué suficiente trabajo tienen en aguantar el peso de las cadenitas de oro. No les pidas ser músicos… Ah! Sí. Hablamos de música, a través de gente que no hace ni música. Triste.
Porque créeme, acepto el Rap como expresión cultural, pero no lo etiqueto como música. Y lo de que el Rap es poesía, perdón, pero poesía es también mi caquita si así lo digo, como lo dijo Marcel Duchamp, o como lo dicen los fans del Rap. Poesía es otra cosa, aunque también se recite.
Podría seguir horas escribiendo sobre los movimientos musicales / culturales de los 60, los 7, 80 y parte de los 90 -porque eran eso, movimientos culturales. O sea: Con cultura. Herencia. Peso. Contenido. Y música.
Ahora no. Ya no hay tribus. Todos se visten iguales. Mismo peinado. Mismas Nike. La homogeneidad les asfixia. Ningún movimiento cultural ligado a su juventud. Qué pena me dan. Tienen que buscar la individualidad en el pronombre o en banderitas atadas a la sexualidad. ¡Qué pena me dan! ¿Cultura en el reguetón? ¿En el Trap? Venga ya. Menuda basura a nivel musical, social y especialmente cultural. No hay ni tiene ninguna calidad en ningún sentido ni aspecto y, por lo tanto, no es comparable a la música. A cualquier música.
No espero mucho de una generación que acepta el Trap y el Reguetón como manifestación cultural o musical o…lo que sea eso. ¿Sabes? Nos ha costado mucho salir de la Edad media para que ahora vuelva. 🙁
O sea que no. No acepto que digas que los Heavies son los Traperos de ayer.
Quizás lo fueras tú, pero yo no. Y me he sentido totalmente insultada con este discurso tan simplista y esta reflexión tan pobre que has dejado aquí plantada.
Rebeldes? Bien. Marginados? De acuerdo. Incompendidos? No está claro.
Equiparas Heavy a Trap o Reguetón, y es horrible, injusto y totalmente erróneo. Da cierto asco. Equiparas movimientos culturales a subproductos que solo indican el fín de la ilustración.
Es horrible.
Perdona ¿eh?
Trapero lo serás tú.
Oh! Ahora veo que eres un cómico. Y de los buenos, además.
Vaya. Mi comentario anterior no era cómico, pero sí era en serio. (Te lo juro)
OK.. 🙂 Besis. Ya no me enfado. XD