En España se ha vivido un proceso acelerado del StandUp o monólogo del que todavía le queda mucho por crecer (por ejemplo, fijaos en la cantidad de actuaciones que se hacen todavía hoy en discotecas porque realmente no existe tradición ninguna de locales de comedia como tal), y el estilo más actual de stand up comedy no está implantado a fecha de hoy a nivel popular. Sin embargo, vemos como en los cómicos que podríamos considerar ya de segunda o tercera generación se ha cambiado el estilo que podíamos ver en los primeros años de “El Club de la Comedia” (con esos monólogos del tipo “las tazas de café”) y, salvo en algunos que mantienen con maestría la comedia observacional (véase Piedrahita), trabajan una comedia mucho más personal, hablando sin tapujos de su vida. Esta forma de crear comedia tiene básicamente dos puntos de apoyo clave:
- Lo real es mucho más potente que la fantasía, al menos en nuestro género. Igual estos cómicos cuentan algo que no es verdad o, en la mayoría de ocasiones, vivencias reales que se han ido retocando y mejorando para ser contadas delante del público. ¿Por qué a la gente le ha hecho tanta gracia Miquel Montoro (el de “òstia, pilotes!”) o la chica que hablaba sobre la normativa de monopatines eléctricos para inmediatamente ser atropellada? Porque son verdad. Mismo la credibilidad de una película como “Campeones” hubiera sido muy diferente de haberse hecho con actores fingiendo sus disfuncionalidades o el personaje de Miquel no tendría ni de lejos la misma gracia si fuera un actor. La clave en estos es llegar a lo más loco que pueda pasar dentro de lo que sea factible que pase. Si cuentas que te paraste en un callejón y apareció un dragón… Vas a tener credibilidad cero y no te van a seguir el rollo.
- La opinión y la vivencia multiplica exponencialmente la posibilidad de generar contenido cómico. Tienes un elemento = Una posibilidad. Tienes un elemento unido a todas las opiniones que puede generar o todas las anécdotas que pueden surgir a partir del mismo = Una posibilidad multiplicada por sentimientos, experiencias, situaciones, historias, etc. Creo que queda bastante claro que a la hora de desarrollar una voz cómica personal e intransferible, una de esas cosas tan fáciles en la teórica y que llevan años y años en la práctica, si no tenemos opiniones, formas de ver la vida y experiencias vitales contadas, es imposible que se pueda generar.
Así que podemos diferenciar dos esquemas en este aspecto (habría otros diferentes por supuestísimo) a la hora de generar bloques:
- Convencional: Bloques sobre un tema o tópico. Cogemos un tema de actualidad o costumbrista y empezamos a desarrollar todos los chistes que se nos ocurran (hay herramientas para ello, luego os cuento), ordenando los mismos de manera que más o menos enlacen e intentando acabar con los mejores al principio y al final del set. Es de la manera en la que se han estructurado bloques durante décadas, e incluso todavía actualmente tanto en cómicos como en shows de TV.
- Actual: Se añade un POV (Punto de Vista) o sobre una anécdota o historia. Con el paso de los años es mucho más difícil trabajar con un mínimo de originalidad un tema. De hecho, lo más probable si has intentado escribir chistes es que estos resulta que ya se han hecho o igual o de forma muy parecida, por ejemplo, en Twitter. Pero esto tampoco es que sea precisamente nuevo y hace ya más de medio siglo, los que ahora son considerados cómicos revolucionarios (Lenny Bruce, Richard Pryor…) empezaron a desarrollar bloques empezando con una entrada dejando bien clara su opinión sobre un tema X, para posteriormente lanzar los chistes con ese mismo enfoque, sin romper el POV para no despistar. Ya te puedes imaginar que muchas polémicas con cómicos en shows en vivo vienen cuando desarrollan un bloque con una opinión concreta que no gusta a alguien del público y la sigue explotando y re-explotando durante minutos.
Por otro lado, también tenemos la anécdota personal, que es el formato que explota buena parte de los cómicos top actuales (Chappelle, Chris Rock, Trevor Noah, Louis CK, Birbiglia o Bill Burr muy bien combinado con POV que parten de la polémica o lo políticamente incorrecto (porque ahora ser machista sería lo políticamente incorrecto y no al revés). En este caso, la estructura de la anécdota es mucho más similar a un sketch, en el que la comedia surge de una situación chocante o incómoda que va creciendo durante el mismo hasta acabar con un giro inesperado o explotando. Incluso, este tipo de historias incluso esquivan los chistes de línea en su desarrollo porque se considera que ensucian y desvían la atención de la anécdota en sí, creando algo muy distinto al StandUp convencional (muy convencional, de cuando en España ni sabíamos ni lo que era). Eso sí, para los que no estamos a ese nivel, desarrollar historias con un remate muy potente y estando incluso más de 1 minuto sin sacar risas nos puede poner bastante nerviosos. Y al público más.
Y ahora, el spam maldito:
No sobre la temática de historias, pero sí sobre la de chistes, tengo este librico publicado tanto en e-book como en papel en Amazon. Son más de 40 páginas dedicadas al desarrollo de chistes al formato one-liner que ya se ha vendido tanto en España como en México y que seguro que puede ser de ayuda si estás empezando a escribir comedia. Además, entrando te puedes descargar unas cuantas páginas a modo demo. |