¿Cómo escribir chistes 03? La incongruencia.

Just give me* some time and I’ll get you some copy! (*For the record, this is not actually a monkey; it’s a chimpanzee. It’s the best we could do, under the circumstances.)

Hoy le toca el turno a una de las estructuras más utilizadas (teorizada ya desde Schopenhauer en el siglo XIX) y que, sin embargo, siguen dando juego ya que evolucionan de la mano de las propias premisas hasta tal punto en el que se han publicado papers analizando la incongruencia en la comedia de Dave Chappelle (LINK)

En este mismo paper, encontramos una definición de incongruencia: Si bien el análisis inicial de la incongruencia la define como la capacidad de los creadores de humor de jugar con las palabras para engañar a los receptores con juegos de palabras inconsistentes que sorprendentemente desafían su visión anterior del mundo, la versión actual, sin embargo, trasciende el esquema lingüístico, principalmente el enfatizado por Raskin. y Attardo, para tratar la capacidad de los humoristas para yuxtaponer experiencias, acciones y prácticas familiares y ordinarias de manera que parezcan incongruentes entre sí.

La incongruencia vendría a ser la aplicación de dos ideas o conductas que no son similares o que no tienen sentido entre sí, son contradictorias o incluso un exceso de obviedad genera esa incongruencia. Las mismas pueden servir para gags que van desde el meme más simplón a desarrollar la ironía hasta un nivel hiriente.

Si una estructura de chiste busca generar sorpresa en la parte del remate o punchline, no hay nada mejor que ello que el mismo contradiga (sucediendo realmente) lo expuesto en el setup.

El humor de gente como George Carlin en la etapa que le hizo más popular se basaba precisamente en poner en el disparadero precisamente las incoherencias de las dudosas costumbres y moral de Estados Unidos. De hecho, la incongruencia es utilizada también como forma de ataque de debates.

Con ello, podemos hacer una tirada increíble de gags e historias:

  • Observaciones de cosas que nos encontramos por la calle. Uno de mis primeros chistes estaba tomado de un cartel real de un bar que había muy cerca de mi casa: “Café Bar Can Tomeu. Cocina Típica Colombiana”, que luego resulta que es un tipo de chiste que se ha hecho mil veces, pero oye, yo pensaba que había encontrado el maná de la comedia.
  • Atacar una tendencia que tenga un punto de vista que consideremos equivocado: Es curioso que gente que hace fotos de chemtrails diciendo “si no lo veo no lo creo” son los mismos que durante este año han perdido miles de euros con monedas imaginarias.
  • Decir que tienes dos atributos característicos (como por ejemplo, ser mezcla de dos provincias o países diferentes como origen) para rematar exponiendo dos elementos (costumbres, tópicos, etc) de los mismos que sean incoherentes. Del compañero Germán Conde: “Soy medio andaluz y medio mallorquín. Soy vago, pero desconfiando”.
  • Y sí. También podemos coger la redundancia sobre una obviedad como una forma de hacer comedia. A mi me gusta especialmente un cartel que se va repitiendo por la calle en tiendas y gasolineras con “tenemos hielo frío”.

Pero bueno, sigamos con más ejemplos. Y sí, este pequeño párrafo está sirviendo en realidad para que el autor del manual, o sea, yo mismo, cuadre las páginas de una forma más agradable a la vista.

  • Decir que tenemos un tipo de conducta y, a continuación, generar la opuesta. En los monólogos clásicos (y bien amortizados) de Joaquín Reyes, contaba lo de “yo cuando digo que no, es no. Y al día siguiente ahí estábamos de camino al campo”.
  • Una anécdota en la que hemos metido la pata o nos hemos metido en un lío. Es uno de los factores clave a la hora de crear bloques sobre anécdotas. Todos tenemos mecanismos mentales o manías que nos hacen tomar decisiones poco acertadas, aunque sean de cajón para cualquier persona.
  • Observaciones sobre las incongruencias de una moda, tendencia o tema de actualidad. Sería un tanto la versión moderna de la comedia observacional, que en sus orígenes era mucho más costumbrista que en la actualidad.

De hecho, buena parte de la comedia de Seinfeld, por ejemplo, parte de esto: Ver las cosas que hacemos en común, pero que no tienen el mayor sentido del mundo. Tal vez a fecha de hoy la comedia observacional (también muy típica en España en los primeros compases de “El Club de la Comedia”) esté un tanto desgastada, pero debemos pensar que modas y tendencias están generando siempre nuevas situaciones, tal vez no para hacer un set de 1 hora, pero sí para que sean incluidas en bits varios.

RECOMENDACIONES:

Muchas veces me preguntan que hay demasiados pocos libros de Stand Up y no estoy en absoluto de acuerdo, basta hacer una búsqueda (CLICK AQUÍ) para ver que probablemente falte vida para ver todo lo publicado entre manuales generales y específicos, entrevistas o biografías de cómicos.

Los textos que estás viendo en esta serie de posts son parte de la ampliación del “Manual (ahora ya no tan) Miserable de Stand Up Comedy” que estoy realizando y que puedes adquirir AQUÍ.

En la recomendación de hoy, me salto el protocolo creado por mi mismo y que a nadie le importa para postearos uno de los especiales del cómico que acompañaba en el documental del año 2002 “Comedian” a Jerry Seinfeld, Orny Adams.

Pese a que tiene un estatus más que apañado y seguramente ha ganado más dinero que muchos de los cómicos que en otros lugares consideramos superestrellas, tal vez está un tanto infravalorado por lo que al menos a mi personalmente me ha gustado utilizando el rant (cabreo) como emoción principal.

Referencias:

  • Raskin, Victor. Semantic mechanisms of humor. Dordrecht: Reidel.1985. PDF
  • Schopenhauer, Arthur, et al. The World as Will and Presentation. trans. Richard E. Aquila in collaboration with David Carus. New York: Pearson Longman, 2008. PDF.
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