El conflicto “benigno” como forma de generar comedia para stand-up.

Actualmente estoy releyendo “PlayFully Inappropiate”, uno de los textos que, sin ser excesivamente conocidos, más me están gustando a la hora de trabajar los bloques de monólogos ya que, sobre todo, ofrece herramientas y formas creativas distintas a los manuales ya clásicos de creación de chistes (desde los ya clásicos cuadernos de trabajo de Greg Dean a los propios libros o manuales que podemos encontrar en español). Prácticamente la primera herramienta que comenta a la hora de trabajar comedia es la “Benign Violation”, algo así como el “conflicto benigno” (o si le quitamos al acepción más oscura de violación que tenemos en nuestro idioma).

Este, en realidad parte de McGraw, uno de los autores más citados en el estudio del humor y que se basa en la búsqueda llevada al máximo del conflicto o incomodidad (o incluso podemos decir cualquier cosa o suceso fuera de lo normal en general) combinado con seguridad. Es decir, si tuviéramos que resumir en una línea en qué se basa esta teoría, diríamos que la comedia se genera cuando una persona es llevada a una situación límite por una serie de circunstancias, pero dentro de una situación en la que no está en riesgo.

Si os fijáis, incluso el stand up más observacional de décadas anteriores, como Seinfeld o aquellos primeros monólogos del Club de la Comedia, se basan en una forma más primitiva (lógicamente, con el paso de los años se ha tenido que ir llevando más a lo personal o al extremo porque lógicamente el que vayan las mujeres de dos en dos a mear en un restaurante ya no sorprende a nadie) de lo que estamos contando: Comento algo curioso o una conducta extraña que resulta ser común (identificación, nada nuevo), pero que tampoco entrañe un riesgo. Piensa que, por ejemplo, si estamos viendo una película en la que corre un riesgo factible la vida del protagonista, esta tensión no es cómica, sino dramática.

Así que podemos pensar en esta combinación necesaria:

  1. Total seguridad: Si el protagonista de la historia (la mayoría de veces seremos nosotros en primera persona) tiene el control de la situación, poca comedia vamos a sacar. Algunos dicen que se genera comedia cuando alguien sufre.
  2. Total sufrimiento o anormalidad: Entonces lo convertimos en un drama. Alguna vez te puede haber pasado que una persona se cae de culo y te ríes al ver que no le ha pasado nada grave. O al revés, alguien se cae de forma aparentemente no grave y te ríes, pero la fiesta se acaba si esta persona se ha hecho daño de verdad. En esta línea podemos hablar desde el clásico slapstick de gente como Buster Keaton a muchas de las historias del stand-up actual, en el que se juega mucho más con la incomodidad, la frustración o inconvenientes personales tras un objetivo.
  3. Mezcla de sufrimiento en seguridad: Ahí es donde vamos a sacar la práctica mayoría de momentos cómicos. Como hemos dicho antes, la persona que se cae de culo pero no se hace nada grave o el niño que llora por cualquier tontería que igual puede resultar vital en su mundo, pero que los adultos saben que es absolutamente insignificante. Una muestra de la necesidad de mantenerse en seguridad es cuando algunos cómicos de humor, digamos fuerte (por ejemplo, Jimmy Carr) juegan la baza de repetir en varias ocasiones “esto es coña”, “son chistes, no es verdad”, justo para hacer recordar constantemente el público que no está hablando de situaciones de sufrimiento real.

Podemos incluso hacer un ejercicio de coger a varios de los mejores storytellers y ver como la mayoría de bloques de anécdotas se basan en esto: Una situación concreta que genera un problema (de lo físico a lo mental, nuestros principios o si me apretáis, lo espiritual o incluso el ego, como la historia de Dave Chappelle en la que su hijo parece preferir a Kevin Hart o, de una forma casi idéntica, como el hijo de Ignatius Farray le dice a su padre que José Mota tiene mucha más gracia que él).

Así que, podríamos decir que la comedia sale de esta juxtaposición de dos elementos. Precisamente por eso a mucha gente le hacen gracia las situaciones con niños o con animales, al contener una bondad, inocencia (bueno, no siempre), falta de importancia adjudicada a situaciones en las que te pueden poner en apuros (críos haciendo preguntas impertinentes, animales desmontándote la casa, etc).

Si lo piensas, incluso cuando hacemos un chiste clásico (lo del “one liner” que se diría) en realidad no se trata más de exponer la parte segura de la frase en la premisa para rematar con el elemento de violación de la normalidad. Si alguien ha leído los manuales antes citados de Greg Dean se acordará de la estructura base de crear una premisa con una serie de suposiciones claras que hace el público para luego romper una de ellas con el remate. Pues bien, la violación de la normalidad sería el cómo. Por listar algunos chistes random que tengo por ahí metidos:

  • “Antes tenía un hobbie que era masturbarme en el sofá. Hasta que me prohibieron la entrada en Conforama” es coger un hecho que aunque suene bestia se puede considerar hasta normal y razonable para romperlo ubicando el sofá en un sitio público. En realidad esto es una forma hiper primitiva de hacer chistes de preescolar de comedia, pero sigue siendo efectiva.
  • “Me dijeron que lo mejor para tener un perro en casa era adoptar. Ya tengo 6 niños chinos en casa y ninguna ha venido con un perro”. Sí amigos, seguimos con preescolar de comedia. Aquí damos una suposición normal (adoptar un perro) con una incomodidad por malentendido (la persona piensa que lo que tiene que adoptar con niños y que estos vendrán con el perro en una especie de lote) que es justo esa ruptura.

Pero como me parece muy penoso explicar chistes, sigamos. Ya a nivel personal, igual es una de las razones de la frase esa (muy discutible) de que el humor se tiene que hacer de abajo a arriba. Un currante se puede meter con el poderoso porque ya puede insultarle en arameo que este “ser superior” (jefe, político, famoso) va a estar o seguir por encima. Eso sí, mientras los chistecitos no te hundan la carrera o el cargo. Sin embargo, el hacer chistes de alguien con un status social supuestamente superior (cuidado que a veces el que tacha a gente de machiste, racista, homófobo, etc en realidad lo es más que el que hace el chiste) por el motivo que sea, hace que el colectivo o persona vulnerable se vea dañada. También hay que decir que en este caso entrarían más factores, ojo.

Como para no ir alargando mucho el post, vamos a acabar referenciando algunos tipos de “violación benigna” de la normalidad:

  • Realizar actos que se pueden considerar socialmente inaceptables.
  • Doble interpretación de palabras.
  • Doble interpretación de significados o suposiciones que hacemos de una acción, persona o cosa.
  • Conclusiones ilógicas.
  • Exageración de un hecho (un clasicazo).

BIBLIOGRAFÍA:

  • Dean, G., & Allen, S. (2000). Step by step to stand-up comedy. Portsmouth, NH: Heinemann.
  • McGraw, A. P., & Warren, C. (2010). Benign violations: Making immoral behavior funny. Psychological science21(8), 1141-1149.
  • Volle, J. (2017) “Playfully Innappropiate”.
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