De hace unos años a esta parte se ve claramente una tendencia en los monólogos de stand-up hacia el contenido meramente personal, mucho más cercano a lo que podemos estar viendo en países anglosajones. Diría que básicamente los motivos para esta evolución son dos: En España el stand-up arrancó masivamente en un programa de televisión donde la mayoría de monólogos estaban creados por guionistas e interpretados por actores de series o incluso presentadores de televisión, lo cual lo convertía en un material mucho más genérico, partiendo de lo que entendemos como observacional (a parte de la admiración de la gente de Globomedia por Seinfeld) y que, por supuesto, a fecha de hoy es prácticamente imposible dar con un tema o tópico que no haya sido tocado varias veces tanto por otros cómicos como incluso en Redes Sociales.
VENTAJAS DE LAS HISTORIAS PERSONALES.
- Partes de un contenido real que lo has vivido, lo cual facilita mucho la interpretación del mismo en gente que no tenemos una gran preparación como actores (o nula, vamos).
- Permite tener una serie de minutos de base generando contenido de forma más rápida (cuidado, que esto es un arma de doble filo). Aunque luego haya fenómenos como Dave Chappelle que sacan material más que aceptable como quién se prepara un café, es cierto que de salida te puede ayudar mucho a tener, por ejemplo, tus primeros 10-15-20 minutos o para generar algún cambio de ritmo dentro de un set más largo.
- Es un material mucho más personal que facilita hacer llegar nuestra voz cómica y, dicho sea de paso, difícil de plagiar.
DESVENTAJAS DE LAS HISTORIAS.
- Como no te vayas con cuidado, se pueden convertir en una chapa impresionante.
- No todas las historias sirven para generar un bloque de storytelling.
Aquí al menos personalmente he visto varias formas de desarrollar lo que se entiende como “storytelling” en el StandUp y no soy quién como para descartar unas u otras (cuando al final, todos tenemos mecanismos distintos a la hora de dar con material válido). Eso sí, creo que guarda muchos puntos en común con el desarrollo de los sketches, dado que guardan muchos puntos en común. Una historia o anécdota contada por un cómico no deja de ser una especie de sketch interpretado sólo por una persona en el que incluye otras personas y elementos, incluso objetos.
Si hacemos referencia tanto a libros en español (Fernando Erre, muy recomendado) o en inglés (como el de Chris Head, también muy recomendado para personas que quieran montar ya sets de una hora a modo de show unipersonal), encontramos unos puntos clave en las historias y sketches, o incluso tramas propios en capítulos de sitcoms:
- Una puesta en conocimiento. El público debe conocer una situación y unas características clave del personaje. Esto es clave para poder establecer y clarificar conflictos y escalada de tensión. De hecho, fíjate como los capítulos de series como Los Simpsons se basan en un punto de partida que son las características de cada personaje (Bart, Homer, Lisa, Marge…) y como un giro o una situación nueva les pone en aprietos. Pues bien, muchas de estas historias no tendrían sentido ni credibilidad si no conocemos de antemano al personaje. En una serie es relativamente fácil por haber una continuidad semanal y familiarización con los protagonistas. En nuestro caso, deberemos dejar caer nuestras características (a veces en historias que pueden ser muy comunes con cualquier persona como el miedo a que te atraquen en un barrio conflictivo, no será necesario) que dan pie a que se genere la historia.
- Un objetivo o conflicto por parte del protagonista (en esta caso, el propio cómico en la mayoría de casos) que pueda generar tensión cómica. Cuanto más haya en juego o más importante sea la emoción que implica al protagonista, más efectivo será.
- Una escalada en dicha tensión. Una historia que pueda empezar fuerte y luego ir diluyéndose no nos servirá. Precisamente las series de “enredos” (un término que sé que es un poco rancio, pero bastante descriptivo) van de eso: Un hilo que se va complicando, pero que el protagonista está obligado a seguir adelante. Dicho sea de paso, esta obligación, ya sea material, personal o moral, es muy importante para generar credibilidad, dado que tiene que ser lógico seguir luchando por algo cada vez más complicado. Por ejemplo, si vas a un bar en una calle con 15 bares y ese café te da diarrea, si no tienes algo que te ate al bar, al día siguiente vas a otro y fuera. Si cuentas porque sí que sigues yendo al mismo a diario, no será creíble y no te contarán la historia.
- Un giro que marque el final de la historia. Juraría que esto es lo más difícil de encontrar: Generar un final del bloque que cierre bien la misma tanto por un cambio inesperado como por una explosión del problema que ha ido creciendo durante la historia. Si bien es cierto que podemos ver anécdotas que sin tener un buen final se salvan por lo divertido del desarrollo, es cierto que generar un climax final va a facilitar mucho el éxito.
Y ahora… Cómo hago todo esto?
Dudo que sea el único, pero vamos a exponer un sistema más metódico a la hora de crear estas historias. En ocasiones nos saltaremos algunos de estos pasos en mayor o menor medida, o los haremos de forma inconsciente o menos metódica.
- Escribe la historia tal y como pasó. En este caso, mucho mejor en primera persona, aunque también se pueden contar historias sobre personajes históricos, que se hayan hecho famosos puntualmente o que tengan cierta carga personal para el cómico (lo típico de “mi padre”, etc).
- Localizar todos los elementos clave para la estructura que hemos puesto anteriormente. Buscaremos qué características personales y contexto es el que marca la historia, qué es lo que se pone en juego (una relación, un trabajo, la supervivencia pura y dura…), cómo es la escalada de tensión y cómo puede explotar y girar la historia.
- Quita todo lo que no aporte nada y quédate con todo el material potencialmente cómico que no entorpezca la historia. Nos centraremos sólo en un problema, lucha o conflicto (como lo quieras llamar) y filtraremos todos los elementos y/o personas que no sean necesarios en la historia o que no aporten nada. Sí que en ocasiones podemos encontrar mismo algún “secundario” dentro de una escena que puede aportar y ser interesante en la misma. Por ejemplo, yo ahora mismo he retomado una sobre subirme a una especie de montaña rusa en la que tenemos unos protagonistas (mi vértigo y yo), con un elemento clave (mi pareja por aquel entonces, con la que quedé como un idiota por no querer reconocer mi vértigo) y algún elemento secundario que sí puede interesar (el feriante).
- Refuerza todos los elementos. Se dice que la comedia está en llevar las cosas al límite… De lo que podría ser verdad. Es decir, si no trabajas un personaje muy concreto o absurdo o estás creando una serie de superhéroes de dibujos animados, lo que cuentas hará más gracia cuanto más extremo sea, pero teniendo una posibilidad de que haya ocurrido realmente. El que me haya leído algunas entradas sabe que soy muy fanático de los chistes y líneas sueltas, pero tengo que reconocer que cuando más tiempo llevo, más entiendo y creo en la importancia de que el público te “compre” un personaje y una historia. Y más si tu objetivo final es hacer un show unipersonal. Así que exagera las cosas dentro de lo que es factible. Por ejemplo, tienes un conflicto como una apuesta que te puede hacer perder 200 euros. Puede fastidiar… Pero muy mal tienes que estar para que sea un gran trauma. Prueba con 2.000 euros en juego o 20.000… Suena más potente? y con 200.000? Sirve o es tan exagerado para una apuesta (salvo si somos multimillonarios) que no lo haría creíble y que daríamos como un fantasma.
O por poner otro ejemplo, con quién es más potente una discusión? Con un ex-compañero del instituto o con tu pareja o un familiar? Repito, siempre que sea coherente y creíble dentro de la historia, haced como en Gran Hermano: Magnificad.
- Sé breve y claro. Salvo que seas Jim Jefferies (no vale creérselo, que de estos sí hay muchos), lo que es la historia en sí no debería durar más de 3-4 minutos. Incluso si la puedes hacer en 2, mejor. En el ritmo de stand-up es muy difícil (y más a nuestro nivel, insisto) crear una escalada en la tensión cómica que dure mucho más de esa duración. Eso sí, si la historia dura 6 y es buena, aprovéchala.
Además, debemos remarcar tanto las emociones generadas como dar a entender lo imposnte que es lo que está en juego
- Sistema de preguntas. Uno de los libros que más me han gustado personalmente es el “Playfully Inappropiate” de Jared Volle, especialmente porque explica cosas y recursos poco habituales en otros libros. En el mismo cuenta cómo dessarrollar storytelling a partir de hacerse preguntas y más preguntas y analizar cuáles de estas generan material cómico. ¿Quién pasaba por ahí? ¿Qué pensaba la persona que estaba al lado? ¿Qué había sucedido antes? ¿Qué había sucedido después? Partimos de una premisa o situación, objetivo y protagonista/s sobre los cuales, cuanto más cosas observemos, más potencial de sacar pequeños gags o chistes vamos a encontrar. Si rebuscas en otros posts que tenemos por aquí, podrás encontrar más referencias a este libro.
- Pensamientos iniciales y finales. No deja de ser parte del sistema de preguntas, pero creo que es una forma muy interesante de cerrar el círculo del bloque o pequeño set en el que forme parte la anécdota. Los pensamientos iniciales (before thoughts) sirven para hacer una introducción a la historia que vamos a contar formando parte de la puesta en conocimeinto. Los mismos pueden coger el elemento principal de la historia (en el ejemplo que he puesto antes podría ser el vértigo y/o los parques de atracciones) tanto para dejar muy claro nuestro punto de vista como para, por supuesto, ver si podemos obtener una serie de chistes potente e interesante que meta al público en el tema.
Los pensamientos finales (afterthoughts, todo suena mejor en inglés) serían las conclusiones sobre la historia, que pueden ir tanto a nivel de moraleja como al “y qué hubiera pasado si…” añadiendo un posible o potencial cambio que hubiera pasado sobre la misma. Eso sí, esto son dos ejemplos, pueden ser muchas cosas más.
- Probar y revisar y probar y revisar. Aquí no descubro nada y paro un poco la turra. Prueba posibles finales, desarrollos, chistes, personajes una y otra vez hasta que te quedes satisfecho con la historia.
Si alguien se atreve y quiere enviar sus historias para que las comentemos, os dejo mi mail: santicomico@gmail.com. Gracias por haber llegado hasta el final del post.
BIBLIOGRAFÍA:
- Erre, Fernando (2019). “Cómo tener éxito escribiendo sketches). Editorial Laertes.
- Head, Chris (2018). “A director’s Guide to the art of Stand-Up”. Editorial Methuen.
- Volled, Jared (2019). “Playfully inappropiate. The fun way to write comedy”. Publicación independiente.