Empezar a hacer comedia es mejor que un libro de autoayuda.

Sospecho que empecé a hacer comedia justo con el inicio de la crisis de la mediana edad, supongo que algo tarde si la idea es tener una carrera de éxito, pero en el momento justo porque era cuando me apetecía. Normalmente una persona cuando llega a los 40 años decide ponerse en el mejor estado de forma de su vida y darle a las maratones o trails de montaña, pero soy muy vago para eso. Aunque lleve casi 20 años trabajando en gimnasios. Si soy el monitor estoy obligado a ir.

Ahora mismo ya son 3 años largos, luego ya discutimos si tenemos en cuenta estos meses o no, en los que especialmente a partir del segundo me tomé con cierta seriedad lo de escribir y subirme a actuar. Y creedme que el hecho de enfrentarse sólo a un público desconocido (el amigo no cuenta, eso ya lo hablaremos otro día), enseña bastante más que muchos libros de autoayuda o superación personal, básicamente porque te hace afrontar una realidad y no habla de ideales teóricos que al final sólo están escritos en un libro (o en 500 iguales que te venden como diferentes).

SALIR DE LA ZONA DE CONFORT… DE VERDAD

Hacía muchos años que no me había dicho tanta gente que no a una propuesta de trabajo. Hacía muchos años que no tenía enfrente a un auditorio (más pequeño o más grande) mirando y pensando “qué cojones va a hacer el colgado este”. Lo de la resiliencia y lo de salir de la zona de confort creo que muchas veces viene proclamado por gente que ni realmente sale de la zona de confort ni que realmente se adapta a los cambios. Ya comenté no hace mucho que precisamente este perfil de personas acaban siendo los más conspiranoicos y negacionistas (de los de verdad, ya aparte de ser críticos con el gobierno, cosa que me parece totalmente comprensible).

GESTIONAR EL FRACASO

Precisamente es uno de los elementos que hacen mantenerte siempre en una zona de confort (que además, no me parece mal, con lo que a veces cuesta llegar a ella). En el stand-up el fracaso es muy evidente y se da cuenta desde el propio cómico hasta el camarero. Y los pinchazos, especialmente al principio, son inevitables. Es verdad que con el tiempo la proporción pinchazo-petada (o éxito) cambia para mejor, sobre todo porque vas desarrollando la habilidad, no para triunfar siempre, pero sí para ir defendiendo un tiempo concreto ya con más texto y recursos probados. Pero sí quieres ser cómico tienes que estar concienciado de que te puedes comer un mojón importante, incluso 2-3 veces seguidas y tener que volver al mismo sitio y a la misma hora donde y cuando has fracasado. De hecho, creo que hay un componente casi de autopsicopatía en todos los que en un momento dado decidimos seguir, dado que he visto ya bastante gente empezar y, haciendo caso a su coherencia, al segundo pinchazo han pensado “no pierdo el tiempo en esto”.

HAY COSAS QUE EN TU CABEZA SON LA LECHE, PERO…

Sobre todo, cuando estás en un cargo de responsabilidad o mando, la gente no tiende a discutirte muchas decisiones o iniciativas por motivos varios: No quieren tomar ellos esa responsabilidad (porque para empezar, ni se la pagan), no quieren tener una discusión o incluso piensan que pueden estar equivocados. A la hora de hacer stand-up el público es soberano: Si algo no les hace gracia, no ríen y punto. Ya hemos dicho que es una disciplina bastante cruel y difícil de disimular, pero te enseña que muchas de esas cosas que has pensado y que consideras infalibles o no son tan buenas o, sobre todo, no están tan bien explicadas como te puedes imaginar.

Y MUCHAS OTRAS HERRAMIENTAS:

  • 5 ó 10 minutos buenos llevan muchas horas de trabajo detrás. Es más, la mayoría de cosas que pueden parecer talento, llevan un trabajo detrás que hace que no parezca aprendido.
  • Igual no todo, pero sí que se pueden aprender muchas cosas que parecen innatas.
  • Cualquier idea buena puede ser aprovechada mucho más.
  • Suele ser más importante el “cómo” que el “qué”.
  • El comportamiento trabajando puede ser diferente al día a día.
  • No intentes ser gracioso siempre.
  • No somos ni tan buenos ni tan importantes como pensamos al principio. Ser realista con uno mismo.

Y la última: No te vengas arriba ni alargues más las cosas por mucho que creas que molan. Así que daros las gracias, animaos a comentar el post y nos leemos en otro 🙂

 

Síguenos y comenta!!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *